jueves, 20 de diciembre de 2012

RUBEN MARTINEZ VILLENA

Rubén Martínez Villena


"Tu vida tendrá luz plena de mediodía" 

Así anunció Máximo Gómez, impresionado con la mirada del niño de tres años.

Rubén Martínez Villena nació el 20 de diciembre de 1899 en Alquízar – Artemisa (Cuba) y falleció el 16 enero de 1934 en La Habana (Cuba)

Pequeña reseña de su trayectoria

Casa Natal (hoy museo)
En la casa hoy marcada con el No. 68, situada en una calle que más tarde tomó el nombre de Máximo Gómez nació Rubén Agnelio Martínez Villena.
De su madre, María de los Dolores de Villena y Delmonte (sobrina-nieta del fundador de las famosas Tertulias) heredó los rasgos, la bondad, el refinamiento de los gustos y la atracción por la Literatura. Del padre, Luciano Martínez Echemendía, maestro de la escuela “Hoyos y Junco”, recibió la rebeldía del carácter, el concepto del honor, aquella energía suya emprendedora, la voluntad y el anteponer el deber ante todo. De él heredó también la aptitud intelectual.

La familia se trasladó a La Habana en 1905. Creció en el seno de una familia de origen pequeño – burgués, la cual retorna del exilio que motivó la última guerra por la independencia (1895-1898), fue el primer hijo varón de un matrimonio encabezado por un destacado profesor que llegó a ser posteriormente Decano de las Facultades de Educación, Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana y Secretario de Educación en 1935, por lo que se desenvolvió desde niño en un clima donde se respiraban aires de intelectualidad y donde se escuchaban las anécdotas de glorias pasadas, epopeyas patrióticas y las críticas frustrantes por la intervención norteamericana en la casi ganada guerra contra España.

En 1916 se gradúa de Bachiller en Ciencias y Letras y en septiembre del mismo año matricula en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. Por aquellos días, publicó su primer artículo en prosa, "Luis Padró". A partir de 1920, las revistas habaneras comenzaron a publicar sus poemas.

A los 21 años es un poeta conocido. Para complacer a su madre se gradúa en 1922 de Doctor en Derecho Civil y Público con excelentes resultados, comenzando a trabajar en el Bufete del sabio y antropólogo cubano Fernando Ortiz, donde se nutrió de ideas revolucionarias y de progreso, descubriéndose como revolucionario y antiimperialista, en contacto con otros jóvenes y personalidades no comprometidos con los partidos políticos tradicionales como Pablo de la Torriente Brau y Emilio Roig de Leuschering.

En 1923 lideró el grupo que suscribió la Protesta de los Trece, ocasionada por la fraudulenta gestión administrativa del presidente Alfredo Zayas al vender el Convento de Santa Clara de Asís.

Consciente de la necesidad de establecer vínculos entre el movimiento obrero y el estudiantado, grupos más radicales de la sociedad cubana, participa en el Primer Congreso Nacional de Estudiantes invitado por Julio Antonio Mella. Sus estudios de abogacía serían puestos a disposición de J. A. Mella, cumpliendo función de abogado defensor en más de una ocasión.

En junio de 1927 ingresa en la Quinta de Dependientes con el mal que lo llevaría a la muerte, tuberculosis pulmonar, y en septiembre ingresa al primer Partido Comunista de Cuba (creado en 1925), convirtiéndose en uno de los líderes fundamentales de la agrupación.

El general Machado, que en 1925 asumió la presidencia de la república neocolonial, tuvo como permanente adversario a Villena, que dirigió la huelga general y asesoró legalmente la Federación Obrera de La Habana y la Comisión Nacional Obrera, luego de esto Machado ilegalizó el Partido Comunista y la Federación Universitaria, expulsó a Mella de la Universidad y lo encarceló sin pruebas acusándolo de terrorista.

Ante esta arbitrariedad, Mella se declaró en huelga de hambre. Pero Machado no le levantó los cargos y declaró públicamente: “Si no quiere comer, que se joda”
Para interceder por él fueron ante el mismo Machado Muñiz Vergara y Rubén Villena, en casa de un ministro del Gobierno, el poeta le espetó:
 “¡Usted llama a Mella comunista como un insulto y usted no sabe lo que es ser comunista! ¡Usted no debe hablar de lo que no sabe!”.
Machado le contestó: 
“Tiene usted razón, joven… Yo no sé lo es comunismo, ni anarquismo, ni socialismo…Pero a mi no me ponen rabo, ni los estudiantes, ni los obreros, ni los veteranos,… ni Mella. ¡Y lo mato, lo mato!...”
De inmediato Rubén le expresó a Muñiz Vergara: “¡Yo no lo había visto nunca; no lo conocía, sólo había oído decir que era un bruto, un salvaje! ¡Y ahora veo que es verdad todo lo que se dice! ¡Pobre América Latina, pobre América Española, capitán, que está sometida a estos bárbaros! …” .
Minutos después, en el bufete de Ortiz, les dice a él y a Pablo de la Torriente Brau: 
“Es un salvaje, un animal, una bestia…, un asno con garras” con ese mote trascendió Machado a la posteridad.
El 1º de agosto de 1928 contrae enlace matrimonial con Asela Jimenez, a quien había conocido en 1924, y el 23 de junio de 1932 nacerá su hija Rusela Villena.

Tras la muerte de Julio Antonio Mella, en 1929, por acuerdo del Comité Central se convirtió en el principal y más activo dirigente del Partido, desarrollando una ardua labor a pesar de estar afectado de forma aguda por la tuberculosis.
Le corresponde organizar y dirigir la primera huelga política de la Historia de Cuba que paralizó el país por más de 24 horas el 20 de marzo de 1930.

Posteriormente Viaja a la URSS como forma de escapar del terror que sobre él se desata y con el objetivo de tratar de curarse de la tuberculosis. En Moscú sostiene un constante intercambio con los teóricos del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y del marxismo – leninismo, desarrollando, en su fuero interno, un proceso de negación dialéctica de las concepciones marxistas y de la teoría de lucha del proletariado para adaptarlas a las condiciones de la Cuba de la década de 1930.

En una carta a su mujer, desde la URSS, le comenta en 1930, cuando hasta escribir le agotaba:
“mi último dolor no es el de dejar la vida, sino dejarla de modo tan inútil para la Revolución y el Partido, tengo el consuelo de haberte ayudado a dar un contenido tan grande a la vida, que él mismo te resguardará del dolor de mi pérdida.¡Hay que estudiar, hay que combatir alegremente por la Revolución, pase lo que pase, caiga quien caiga! ¡No lágrimas! ¡A la lucha!"
A todas sus angustias se sumó, durante 1932, el embarazo de su Asela y el nacimiento de su hija. Le reiteraba de mil formas el dolor que experimentaba por no poder estar a su lado en esa etapa: por la difícil situación económica que ella pasaba en la Isla; la incertidumbre que le proporcionaba el no tener noticias de cómo transcurrió el alumbramiento, y la aflicción por la posibilidad de que, según le escribiera el 30 de julio de 1932, pocos días después del nacimiento de su Rusela:
“acaso nunca llegue a conocer a esa pequeñina ruso – cubana, a pesar de todo lo que representa un hijo en dificultades y preocupaciones... ¡me alegro tanto que tengas un bebé!”
 Al agravarse su enfermedad regresa al sanatorio del Cáucaso y allí recibe la noticia de lo irreversible de la misma y decide regresar a Cuba para conocer a su hija, acompañar a su esposa, y entregar sus últimos alientos vitales al esfuerzo popular para derrocar a Machado.

A pesar de su enfermedad organizó y dirigió la Huelga General que derrocó a Machado el 12 de agosto de 1933. Participa en el recibimiento de las cenizas de Mella en el año 1933. En diciembre, asiste a su última reunión antes de ser recluido en el Sanatorio La Esperanza.

Sepelio de Villena en el Cementerio Colón
Tenía 34 años de edad cuando la noche del 16 de enero de 1934, en un sanatorio de las afueras de La Habana.

Su muerte coincidió con la culminación del IV Congreso de Unidad Sindical y a su entierro asistieron todos los delegados con sus credenciales y los estandartes de los sindicatos, seguidos por más de 20 mil trabajadores.



Obra Poética

Tuvo una breve pero fecunda vida como poeta, su obra oscila entre las manifestaciones de la prosa y la poesía. Legó poemas muy reconocidos como “La Pupila Insomne”, “Mensaje Lírico Civil”, "El gigante", "Insuficiencia de la escala y el iris", “El anhelo inútil”, entre otros. El año 1923 marcó importantes hitos en su obra poética, sin embargo renunció a escribir poesía para entregarse completamente a la lucha revolucionaria.

En abril de 1925  gana el premio de poesía en los Juegos Florales de Holguín con La Medalla del Soneto Clásico.

En su conocida recopilación de la poesía republicana Cincuenta años de poesía cubana (1902 – 1952), Cintio Vitier dice que:
"como poeta, Rubén Martínez Villena fue sin duda uno de los temperamentos más penetrantes de este período", y señala, entre sus características, "la ironía sentimental", un "lánguido y morboso pesimismo", cierta "agudeza lírica y metafísica" y "la inflexión y el fuego, de los Versos libres de José Martí" en algunos de sus poemas.
Anhelo Inútil 
¡Oh mi ensueño, mi ensueño,
vanamente me exaltas!;
¡Oh mi inútil empeño
por subir donde subes!
Estas alas tan cortas
y esas nubes tan altas,
y estas alas queriendo
conquistar esas nubes
Rubén Martínez Villena  

Motivos
Gracias por el sufrimiento nuevo que me diste
gracias por el ensueño que bordé sobre ti;
gracias por el encanto de lo bello y lo triste,
gracias por aquel beso tuyo que me perdí.

Alma de cazadora, tu aventurera furia
entró de cacería a mi selva interior;
domaste la pantera negra de mi lujuria
cobraste la paloma blanca de mi dolor.

Y hoy eres un motivo de mi lírica escasa
que me habla de aquel día de sol en el ayer...
Tu recuerdo es como una libélula que pasa
desorientadamente bajo mi atardecer.

Esta es una invitación a sumergirnos en la poesía de Rubén Martínez Villena, que como dice Cintio Vitier es uno de los temperamentos más penetrantes del período de la poesía republicana.

ref. www.ecured.cu
      www.lahabanaelegante.com
      www.lapupilainsomne.wordpress.com